A partir de este sábado 24 de enero de 2015 estaré publicando una columna (en principio semanal) en la web de información Notiminuto. Gracias a ellos por ofrecerme ese espacio, y a ustedes por darme el privilegio de leerla.
Abajo tienen el link hacia notiminuto.com, y a continuación el texto de mi columna.
Maduro les refrescó la memoria y les enredó las cuentas - Notiminuto
A falta de sustancia, quienes esperaban que el
Presidente acudiera a la Asamblea Nacional a inmolarse no tuvieron otra que hacer
catarsis con el ahora muy célebre “Dios proveerá”. ¿Que el discurso del
Presidente deja abiertas algunas interrogantes sobre el futuro inmediato de la
economía del país? Ciertamente. Y le corresponde a su gobierno responderlas tan
pronto como sea posible. Pero no es menos cierto que lo último que esperaba la
derecha de los anuncios de principios de año era que generasen estabilidad y
sosiego. Y a esos que soñaban con ver el país incendiarse, el Presidente Maduro
les refrescó la memoria y les enredó las cuentas.
Abajo tienen el link hacia notiminuto.com, y a continuación el texto de mi columna.
Maduro les refrescó la memoria y les enredó las cuentas - Notiminuto
El Presidente Nicolás Maduro ofreció, en su Memoria y Cuenta del año
2014, un discurso políticamente hábil.
En primer lugar porque fue el discurso de un Jefe de Estado, como
corresponde hacerlo en este importante rito de exaltación de las instituciones
de la República. Maduro en ello se inscribió, a pesar de la informalidad con la
que reportó dos veces la fecha, en la tradición inaugurada por el Comandante Hugo
Chávez de veneración solemne de la institucionalidad creada por la Constitución
del 99. Una opción por la gravedad y el sentido de Estado que, además, cala muy
bien en tiempos de incertidumbre, cuando la estabilidad y la tranquilidad tienden
a convertirse en las principales demandas sociales.
La derecha, con su mofa, su desprecio, su “Nicolás” y su apuesta
por la profundización de la crisis, anhelaba que la Memoria y Cuenta diera el
pitazo inicial para reeditar el bochinche callejero del año pasado. Pero en
lugar de una capitulación en vivo y en cadena, en vez del discurso volátil y
reculón al que se había preparado con gula, la oposición escuchó, atónita, a un
Presidente sereno que le impuso su agenda, demostrando que aprendió a hacer
valer la banda tricolor y la medalla que ese día portaba en el pecho.
Luego, porque el Presidente no se dejó arrinconar en el
requisitorio sobre el 2014 donde la derecha lo quería encerrar. Maduro
inscribió su balance en la continuidad histórica de la Revolución Bolivariana,
vinculando el ayer con el hoy y, más aún, con el mañana. Una cosa es la
coyuntura, por adversa que pueda ser, y otra muy distinta la lucha histórica
entre derecha e izquierda por construir sus respectivos proyectos de sociedad. No
pudiendo ufanarse de la coyuntura, Maduro apeló a la lucha histórica para
recordarle al pueblo venezolano que los derechos conquistados en Revolución, sólo
en Revolución se disfrutan. ¿La derecha en el gobierno? Sería la Venezuela de
los anaqueles llenos y las despensas vacías. El Presidente no hizo el balance
de un año de gobierno, sino de 15 años de Revolución, y planteó su terreno de
acción en la perspectiva de un mandato al cual le quedan todavía 4 años por
delante, es decir, mucho por lograr.
Y finalmente, porque el Presidente no le huyó al tema de los
problemas coyunturales, pero tampoco se dejó acorralar en ellos. Maduro diluyó
los complicados anuncios en materia de política cambiaria y fiscal en un
conjunto de decisiones económicas impregnado de buenas noticias. Reiterando que
la Revolución gobierna desde la izquierda, sorprendió con el anuncio del incremento
de 15% del salario mínimo arrancando el año, junto con el de varias otras
transferencias directas a los sectores más vulnerables. Luego echó a andar un
programa anticíclico de inversión en infraestructura y viviendas, con cifras y
hasta puntos de cuenta firmados en plena sesión, para buscar reactivar una
economía en recesión orientando los flujos hacia sectores creadores de empleo y
de bienestar social. Sólo en tercer lugar tocó el tema cambiario, para en
esencia reafirmar el tipo de cambio a 6,30 y anunciar la legalización del
mercado paralelo de divisas, como para hacer felices, y desconcertar al mismo
tiempo, a su izquierda y a su derecha. En cuanto a proporcionar detalles sobre
el funcionamiento del sistema cambiario, es decir la parte políticamente más
resbalosa, se la endosó al Ministro de Finanzas. En cuarto lugar evocó el tema
de los precios de los combustibles en el mercado interno, afirmando que había
que revisarlos y llevarlos a un nivel “justo” sin mayor precisión, y convocó a
un debate nacional que delegó esta vez en otro fusible, el Vicepresidente.
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